MIQUEL SERRA
Concierto en Museu d'Art Modern i Contemporani de Palma Es Baluard
Organizado por el Institut d'Estudis Baleàrics
Mallorca, Islas Baleares, España.
3 de octubre de 2014.
Fotografías por:
Héctor Falagán De Cabo | hfilms & photography.
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Texto tomado de:
www.Facebook.com/MikelSerra
Miquel Serra actualment és un grup de música, del qual la columna vertebral n'és el mateix cantant, qui dóna nom a la formació. Tot i així l'ànima d'aquest projecte ve de molt abans, quan en Miquel Serra composava i tocava tot sol les seves cançons.
Després i de manera rudimentària, concepte imprescindible per entendre aquets personatge, gravava les seves pròpies maquetes i les repartia entre les amistats més properes. És durant aquests primers anys quan veuen la llum discs com L'ESCRIPTURA A LA PARET, BALONTIRO/OLE LUND KIRKEGAARD.
L'any 2009 fa un salt i decideix entrar a gravar en un estudi, d'on surt amb el seu millor treball: OPILIONS. És a partir d'aquest moment quan es crea la formació completa amb la intenció de poder dur a terme en directe tot el repertori que en Miquel Serra havia anat desenvolupant fins aleshores.
Un any després sortiria a la llum MÚSICA ÚTIL.
La primavera de 2012 publica un EP amb el segell discogràfic Bubota, i paral·lelament fitxa amb el segell barceloní Foehn Records amb qui ha publicat un recopilatori que comprén 2009-2010.
El juny del 2013 publica Roses Místiques.
El setembre de 2014 es presentarà en societat l'ultim treball, gravat l'hivern del 2014 a Favela Estudis, i que duu per nom La Felicitat dels Animals.
Miquel Serra (2009-2010) Foehn Records
Yo pasaba por ahí. Descubrí a Miquel Serra por casualidad: entré en los estudios de la desaparecida Ona Mallorca para saludar a Celestí Oliver, presentador del programa Bufet Lliure y en esos momentos estaba sonando una canción de “Opilions”.
Me he topado con el talento genuino pocas veces en mi vida, pero en ese momento comprendí que ésa era una de esas ocasiones. Inmediatamente intenté conseguir una copia del disco y mi fascinación hacia su música no dejó de expandirse con cada escucha: había algo en él que me tenía completamente enganchado, algo que tiene que ver con el mismo espíritu de su música y su obsesión con una infancia sencilla y feliz.
A pesar de tocar en grupos desde que era casi un niño acompañando a su hermano mayor, del que él siempre dirá que era “el bueno”, Miquel Serra sigue siendo uno de los secretos más bien guardados del folk mallorquín. Ni siquiera sé si llamarlo folk es correcto, aunque definitivamente es un tío con una acústica y está claro que siente un apego por la tierra que pisa que bien podría servir para equipararlo a esos viejos cantantes de los Apalaches que sólo tenían ganas de acabar la gira para volver a su granja.
Miquel Serra no tiene una granja, pero sí un terreno en el que cultiva fresas. La agricultura y la música son su pasión. Lleva una vida sencilla, aunque ha vivido en Francia durante unos cuantos años –cuando apareció “Opilions”, precisamente- y se pasó ocho meses viajando por Sudamérica trabajando en diferentes fincas –apenas tuvo tiempo de darme una copia de “Música útil” antes de partir.
Uno y otro se complementan, aunque “Opilions” siempre me ha parecido el mejor, por el simple hecho de que siempre lo he creído una pequeña obra maestra. Cuando lo compuso, Serra andaba fascinado con Animal Collective y decidió imitar esa idea de experimentar a través del juego. Unido a un pasado marcado por el rock de los 90 y una austeridad de medios que va de la mano con su manera de ver el mundo, consiguió reunir un racimo de canciones que conseguían glosar psicodelia, folk mediterráneo y pop con una sencillez engañosa y una efectividad sobrecogedora.
“Música útil”, en cambio, resultó ser un trabajo menos luminoso, más basto, pero igualmente conmovedor: ni siquiera las prisas con las que fue grabado podían ocultar la belleza de canciones como “Rumba” o “Apunt corrent”.
Creo intuir que todas sus canciones hablan de su infancia de una u otra manera. Lo increíble es que no hay tragedia en ninguna de ellas, no encontrarás una brizna de resentimiento o dolor, sino unas ganas tremendas de extraer de cada detalle de su pasado y presente todas sus maravillas.
Al fin y al cabo, Miquel Serra es un hombre que decidió un buen día simplificarse a sí mismo, vivir una vida tranquila en contacto con la gente que quiere. Como enamorado de su música espero que nunca deje de componer canciones y tener la oportunidad de escucharlas, pero una parte de mí espera que sacar discos y tocar en directo siga ocupando el mismo lugar que ha ocupado hasta ahora en su existencia.
Serra es tan humilde que ni siquiera se le ha pasado por la cabeza que sus canciones puedan arrastrarlo hacia donde no quiere, así que sólo espero que todo siga igual, que Miquel sea siempre nuestro secreto, y así poder disfrutar con él de esa arroz que nos debemos en Cala Morlanda. Eso estaría realmente bien.
Joan Cabot / Abril 2012
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